Alpargata, la banda que va a ponerte a bailar con los ojos puestos en unas manos y los oídos llenos de fuegos artificiales. Puedes ir a un concierto divertido, puedes ir a un concierto que suena a gloria… o puedes hacerte el combo perfecto. Para todo lo demás, saque la cartera, señora.
📸y🖋️: Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
Alpargata ya llegó
No voy a escribir una crónica. No voy a escribir una crónica. Me lo repito una y otra vez porque, si me pongo con la crónica, publico el siglo que viene. En resumen, esto no es una crónica. Es sólo una descripción breve para no sacar las fotos así en plan a las bravas.
Spoiler #1: Me lo gocé haciendo las fotos. Me jodió hacer las fotos. Estuve en misa y repicando. Disfrutando de capturar las caras de gozor de Alpargata. Disfrutando aún más de soltar la cámara y echarme unos bailes.
¿Que yo voy a los bolos a hacer fotos? Síp. ¿Que también soy persiana y quiero desparramar? También. Otros días lo compatibilizo bien. Con Alpargata es muy difícil.
Lo es porque no me vale con cantar. Lo que quiero es saltar, bailar y reírme con mis amigos de las cosas que pasan. Y ahí va el spoiler #2: No tomé notas. No vas a ver a Alpargata para tomar notas. Vas a flipar con cómo tocan. Con lo imbésiles que son. (Ojo, que esto lo digo con un cariño inmenso. La gente imbésil es la mejor gente del mundo).
Vas a descubrir que, aunque no sabes bailar samba, la vas a bailar igual.
Vas a descubrir que, aunque no sabes bailar samba, la vas a bailar igual. Baia, baia, que resulta que te has liberado de tus propios complejos y te has desencorsetado. Así, sin comerlo ni beberlo. Bueno, beberlo igual lo bebiste un poco. Pero ahí estás, bailando como si no hubiera un mañana. ¿Qué más le puedes pedir a un concierto? Absolutamente nada.
Por eso voy a acabar esta no-crónica recuperando una de las mejores frases del reel “Alpargata en 30 segundos“: Id a un concierto de Alpargata, que os lo merecéis.