La magia del espectáculo que nos han propuesto este pasado sábado en el Teatro Circo Price los chicos de Swingdigentes y AlTranTran es la que va asociada con la improvisación: la sensación de algo muy especial, irrepetible y efímero.
Texto: Xosé Lourido
Foto: Mónica Arévalo
Swingdigentes, compañía nacida en 2011, agrupa diversos espectáculos de música y baile que por aquel entonces se desarrollaban por las calles de Madrid, unificándolos alrededor del estilo swing de los felices 20, con un toque de humor.
Al TranTran nace en 2009 con un objetivo en mente: desarrollar una forma diferente de hacer teatro improvisado, de forma distinta y con enorme implicación de los espectadores. Su primer show “Con mallas y a lo loco” triunfó por toda España y les garantizó numerosas colaboraciones televisivas y premios.
“Nómadas: Un Salto al Vacío” es una original mezcla de múltiples disciplinas: música, baile, teatro, incluso con elementos circenses que encajaban estupendamente en un recinto como este. No es la primera vez que ambas compañías cruzan sus caminos pero es sin duda la más ambiciosa. Sin un guión definido, y con los retos del público como hilo conductor en muchas secciones, todo lo que ocurre en el escenario-y fuera de el- es completamente impredecible para el espectador… y para los 12 protagonistas.
Aunque sobre el papel la música y el baile corran a cargo de Swingdigentes y la actuación de AlTranTran, lo cierto es que todos acaban mezclando sus papeles de una u otra forma. En los primeros minutos se presentan en una especie de trailer, en el que llegan al escenario , vestidos con una cierta estética steampunk, cada uno interpretando su propia coreografía, su propia historia, pero parte finalmente de una historia coral. Después, los Nómadas comienzan a romper una cuarta pared que acaba por ser completamente inexistente a lo largo de la obra.
Los retos a la capacidad de improvisación son continuos en una suerte de batalla de gallos escénica que consiguió sacar los aplausos y las risas de los presentes en el Price.
Muchos de estos retos vendrán de las gradas con preguntas de lo más variopinto a los espectadores: “di una acción”, “cuando te sentiste mas nómada en tu vida”, “di un personaje famoso”, “di un lugar”… Y de ellas derivaban respuestas aún más aleatorias (“la flamenca de la tele”, “Burgos”, “un submarino”, “una exhibición de capoeira en Brasil”…). De todo este mejunje los actores conseguían sacar una pequeña historia, una canción o un simple gag, provocando aplausos y carcajadas en las bancadas.
Otros momentos son menos improvisados, con coreografías espléndidas en las que combinan géneros y elementos muy diferentes: desde beatbox y breakdance hasta cante flamenco.
La sensación al terminar es la de haber visto muchas obras en una, de haber alucinado con la habilidad de los protagonistas, y de quedarte por momentos sin palabras ante lo que estaba pasando en el escenario. La sensación; en definitiva, de haber pasado un muy buen rato. Y un rato, además, completamente irrepetible.