Anoche fui a ver a Pablo Galiano y todavía no me he recuperado. Lo había visto colaborando con otros proyectos, en la tele… pero cómo mola cuando conoces a un músico por otras vainas y luego resulta que te gusta más con sus propios temas. Pablo Galiano tiene un sonido americano con unas letras cargadas de significado. Se apoya en ritmos pesados que beben de las raíces del rock and roll para desarrollar una visión apasionada que encuentra belleza en la calma y en la muerte. Así me imaginaba yo el Realismo Mágico, y me encantó escucharlo.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
Once de la noche, viernes, un calor de mil demonios y el Palermo poco a poco se iba llenando. Ya es bastante decir teniendo en cuenta la temperatura y que la localización no ayudaba, pero allí estaba la gente, ansiosa y cargada de ganas. La banda se subió al escenario entre aplausos, y no es para menos, porque empezaron con el rollazo de “La orilla”. Esa voz un poco nasal de Galiano, los coros de Laura Rubio y esas miradas entre los dos… Un comienzo genial. Pero las muestras de complicidad no se gastaron al principio. Aquello fue un Galiano & amigos y todos disfrutamos todo el concierto del buen rollo y la naturalidad que había sobre el escenario.
Repasaron temas de los dos álbumes editados de Galiano y entre medias nos regalaron alguna versión que hizo las delicias del público más selecto. Desde temazos con sonido sureño y un slide de lo más provocador a cargo de Joe Eceiza (“Canción de amor y muertos”), a canciones de corte más melódico como “Pensando en casa” o “Dame un instante”, disfrutamos de un repertorio que fluía entre la naturalidad de un acústico y la intensidad de un eléctrico.
Un poco de Country, un poco de Surf, un poco de Rock’n’Roll… Galiano nos tuvo en un filo entre el ritmo y el plomo, entre las sombras y el descaro y eso, no nos vamos a mentir, es bastante sexy. Desde la sensualidad de “Cuervo” al ritmo de “Alimenta tus besos de mi” o “La huella del camino”, tuvimos para salir de allí con las pilas puestas.
El público pedía más y Pablo bromeaba con quererse bajar, pero la reunión del escenario nos iba avisando de que iba a haber más. Tocaba otra versión, y no he dicho nada de las versiones hasta ahora porque prefiero hablar de sus temas, pero ojo! Tienen buen gusto, eh? Intercaladas en el concierto nos habían dejado ”Come on everybody”y “Wicked game”, pero al final nos dejaron en el sitio con “Hound dog”, que acabó por poner a toda la Palermo bailar para despedir una noche enorme.
Así que éste es Pablo Galiano, señores. Es Rock con poso americano, es esa voz rota y vibrante y ese ritmo sombrío y excitante. En directo suena contundente y preciso pero también lleno de matices y coloreado por la bonita combinación de las voces de Pablo y Laura. Y si consigues no bailar y pensar en las letras, o las llevas escuchadas de casa, te quedas con un gran repertorio de imágenes y sensaciones que te transportan al universo Galiano. Y si eso pasa no querrás salir.
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