Adrián Costa se presentaba esta Navidad como el antídoto a la monotonía. No hay fiesta si no hay baile y reaprendimos a bailar.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
“Tú, tú, tú. Que toca Adrián Costa.” Así levanté la cara del móvil y no es para menos. ¿Que necesitaba un buen baile, aunque fuera sentada? Sí. ¿Qué había pasada mucho tiempo desde mi último bolo de Adrián? También. ¿Que aún así me sorprendí de lo bien que me lo pasé? No os voy a mentir. Así fue.
Adrián Costa
Una vez entrevisté a Adrián Costa y me habló de lo que le gustaban los bares americanos con música en directo. No os matéis, esto no está la transcripción. Es algo que me guardé para mí, pero fijaros si me gustó, que han pasado 5 años y aún me acuerdo. El caso es que me decía que a veces la gente da la espalda al escenario. No para comentar la jugada, sino porque estaban bailando.
Lejos de rayarse, a él le encantaba porque veía a la gente disfrutar. Qué cosas, ¿eh? Estamos todos tan inmersos en esta obsesión de que nos miren que una pensaría que a los músicos les puede molestar que les den la espalda. Como si no se mostrara respeto o no se prestara atención. Esto fue una conversación de 1 minuto, pero me dejó pensando. ¿No es más respetuoso dejar que el concierto se te meta dentro? ¿No se presta más atención disfrutando con la música y no de ella?
¿No se presta más atención disfrutando con la música y no de ella?
Os cuento esto porque siempre que lo veo tocar me vuelve a la mente. Porque me descubrí moviendo el culo en la butaca de un auditorio. Porque Adrián Costa mola fuerte y toca que te mueres, va. Pero lo mejor que tiene es que te hace bailar.
Navidad Madrid en Conde Duque
Confieso que se me escapó una risa en voz alta la primera vez que dijo eso de: “¿Puedo tocar?” Me hizo una ilusión enorme y estúpida. Pensé en aquel Enclave de Agua en el que lo vi por primera vez y me dejó flipando. Tan flipando que fui primera fila en las dos jams y en el concierto en formato trío. Pero bueno, eso ya es historia antigua.
A lo que vamos. No es fácil hacer una fiesta de un patio de butacas. Ellos lo hicieron. ¿Quiénes son ellos? Pues os lo voy a contar de corrido porque nombrarlos también es muestra de respeto, pero estoy intentando hacer una crónica breve. Sobre el escenario: Martín García Duque, Victor Puertas, Coque Santos y David Salvador. Ojocuidao. Ahora quiero enseñaros mis notas, que son lo mejor. Pero me voy a cortar.
Cierto es que aquello no fue lo salvaje de un concierto abarrotado. Cierto también que yo no moví el culo en la butaca como se merecía. No voy a pedir lo que no di. Voy a destacar lo que no esperaba.
No esperaba reírme, ni bailar ni volver a buscar con la mirada quién hace eso que oigo y que me está flipando. No me esperaba escribir: “Quién ha hecho ese coro? Ha vuelto a pasaaaar”. Venga va, os hago un pantallazo.
(Ojo al final inesperado, que me reído hasta yo).
En resumen: Cuando podáis, id a ver a Adrián Costa. Os deseo que lo hagáis de pie y que no sea dentro de mucho. (Es un deseo y yo deseo lo que quiero. No tiene por qué ser realista). Y bailad. Bailad en casa, que hace falta y bailad cuando vayáis a ver música en directo. No hay mayor acto de respeto que entrar a participar en la fiesta a la que te han invitado.
Bailad en casa, que hace falta y bailad cuando vayáis a ver música en directo
