Había pasado demasiado tiempo desde la última vez que iba a un concierto. Demasiado, toda una vida. Y desde entonces el mundo ha cambiado muchísimo. Nuestras costumbres se han retorcido tanto que una ya no sabe cómo comportarse socialmente en esta Nueva Normalidad.
Madoka y Aldara (@AldaraZN)
Al acercarnos hasta las puertas del Wizink Center los nervios eran palpables, nervios buenos, y extraños. Tenía muchísimas ganas de volver a escuchar música en directo. Mucha incertidumbre por ser la primera vez desde que el mundo se paralizó en Marzo.
Madriz Summer Fest
Por fin llegamos y el control de la puerta, temperatura, gel hidroalcohólico y demás nos van dejando más tranquilas, más seguras. En todo momento el personal del Wizink Center nos indica por dónde ir. Siempre guardando las distancias de seguridad correspondientes. Entramos y vemos el escenario en mitad de la pista, rodeado por un montón de mesas y sillas en hileras. Parecía haber sido diseñado por un maníaco del orden. Todo perfectamente colocado a la medida exacta, con marcas en el suelo para que no haya duda de nada y para que podamos disfrutar tranquilamente.
Se nos acerca una chica de la organización, a modo de “acomodadora”, nos saluda y nos acompaña hasta nuestra mesa. Nos explica absolutamente todo con mucha amabilidad, transmitiendo una tranquilidad que es de agradecer. Nos indica que no podemos quitarnos la mascarilla en ningún momento (excepto si vamos a beber o comer algo). Que podemos pedir comida y bebida desde la mesa y nos la traen o nos avisan cuando esté lista. Y nos cuenta que a la salida nos avisarán de cuándo debemos salir del recinto, para hacerlo de forma ordenada. Es sorprendente como todo está cuidado al milímetro para que estemos seguros y a salvo.
Conciertos
Comienza el concierto de Sofía Ellar. Debo decir que el sentimiento general del público era una mezcla de ganas contenidas, con la enorme emoción de “volver”. Y esté sentimiento se fue repitiendo día tras día en todos los conciertos del Madriz Summer Fest . Por allí también pasaron Izal, Maldita Nerea, Ara Malikian, Camela, Funambulista, Carlos Sadness, Stay Homas y Pablo López. Todos ellos en un formato más íntimo al habitual de sus giras y con la peculiaridad extra de que el escenario era 360 (excepto Pablo López). Así, los artistas iban moviéndose constantemente para llegar a cada persona del recinto e interactuaban constantemente.
Durante todos los conciertos pudimos ver esa emoción compartida entre el público y los artistas. Una experiencia única que todos recordaremos como un momento muy especial. Todos los artistas aprovecharon algún momento para agradecer a los trabajadores y al público por hacer aquello posible. Algunos también reivindicaron la situación por la que está pasando el sector cultural.
Sofia Sufrimos unas medidas cada vez más estrictas y unos aforos súper reducidos (1.500-2.000 en el caso de Wizink Center cuando su aforo normal es de 17.000 personas). Mientras, metro, aviones, autobuses, supermercados, etc con personas amontonadas, sin distancia de seguridad y en muchos casos sin mascarilla. Sin que nadie lo controle ni organice. Sin embargo, en la mayoría de eventos culturales los trabajadores que hay detrás se están dejando el alma en que todo este perfecto.
Durante el Madriz Summer Fest pudimos ver que los “acomodadores” estaban pendientes en todo momento del más mínimo detalle. Había gel hidroalcohólico en cada rincón y las indicaciones era claras.
Otra de las novedades que me ha llamado mucho la atención es la posibilidad de pedir desde tu asiento
Otra de las novedades que me ha llamado mucho la atención es la posibilidad de pedir desde tu asiento. En mi caso, me molesta especialmente tener que ir a la barra en mitad de un concierto y esperar cola. Muchas veces me muero de sed con tal de no perderme ni un segundo de concierto. Así que de primeras me encantó la idea. En tiempos de COVID me parece imprescindible para hacer que vivas toda la experiencia de forma segura y sin aglomeraciones. Así que lo probamos en ambos formatos. Primero escaneabas un código QR que había en la mesa y te llevaba a un menú interactivo. Primer punto positivo: No tuve que descargarme una aplicación extra, mi móvil siempre está sin espacio. Hacías tu pedido y elegías “recogida en barra” o que te lo llevasen a la mesa. Segundo punto positivo: poder elegir entre esas 2 opciones. Después, seleccionabas la franja horaria en la que quieres tu pedido. Así puedes organizarte un poco en qué horario vas a querer tu consumición.
En ambos casos la app te mantiene informado del estado de tu pedido. Cuando está listo te avisa mediante un código QR que se escanea al entregártelo. Y listo. Indagamos un poco más y nos comentaron que la empresa que había inventado esta solución se llamaba Peopleat. De hecho, vimos por el recinto a algunos de sus trabajadores pendientes de que todo estuviera bien
Todos necesitamos música
Mi impresión general del Madriz Summer Fest es que todos necesitamos música. Todos necesitamos la cultura en nuestras vidas. Todos extrañábamos esa sensación de comunión. Eso que ocurre cuando estás en un concierto y se genera esa complicidad entre público y músicos. Los trabajadores de Madriz Summer Fest y Wizink Center se han volcado para hacer que viviéramos esa experiencia sin preocuparnos por nada más y, sobre todo, sintiéndonos seguros de no contagiarnos en ningún momento.
Durante todos los días que duró el ciclo de conciertos observé mucho al público y, de verdad, ni os imagináis los ojos llenos de ilusión. Las sonrisas que se intuían a través de las mascarillas. Los guiños y gestos cómplices entre la gente. Los detalles cariñosos, emoción contenida en una silla, ganas congeladas durante demasiados meses que por fin veían algo de luz.
La Cultura es segura, amig@s.
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