Pablo Lesuit inauguraba una tarde mágica en el botánico y la colmaba de ritmo y sensualidad. De pies inquietos y caderas pesadas. Nos dejamos besar por el sol de la tarde y bailamos. Qué más se puede pedir.
🖋️y 📸: Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
Antes de nada, dejadme decir que Pablo Lesuit fue telonero de Xoel López en su primer concierto en Noches del Botánico. He decidido separar las crónicas y os dejo el enlace a la crónica de Xoel López para que podáis echar un vistazo.
Pablo Lesuit
No tenía yo controlado a Pablo Lesuit. Fallo mío, pero ya tengo el radar encendido.
Nos conocimos cara a cara, mirándonos de escenario a foso y sonriéndonos como viejos amigos. Sin artificios, sin florituras. Sólo música y esa sensación preciosa de los primeros días de verano.
Fue un concierto para ver de día. Para bailar alzando las manos y dejar que los últimos rayos de sol te besen la piel. Nunca había pensado en esto, pero hay música que te acaricia como un atardecer. Éste es el caso de Pablo.
Disfrutamos del latineo, de los solos de guitarra y de la percusión. De la cumbia de “Cuerpos” y del rollazo de “La noche”. De esas ganas de bailar despacio y en el sitio. Ojalá que agarrados.
Como sorpresa, Pamela Rodríguez llenaba el escenario para acompañar a Pablo en “Tus balas no me dan”. Maravilla de dueto, rebosante de una complicidad eléctrica y contagiosa.
Se despidió con “Hasta que me creas” y dejó en el botánico el sabor dulce de un cóctel con sombrilla y los pies en la orilla del mar.
