NO ES POP, NO ES JAZZ, ES DuMMie

Autor: Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
La primera vez que escribí sobre DuMMie dije: “¿Qué no destacar?” y hoy mientras pensaba en el concierto en Galileo me he sentido identificada conmigo misma.  Vamos a dejar de lado cómo tocan porque no tiene sentido decir siempre lo mismo. Los DuMMie tocan que alucinas y ya está. Pero lo que realmente me encanta de ellos es la complicidad y el buen rollo que tienen sobre el escenario. Fui al concierto con un amigo y cuando salimos me preguntó: “¿Qué es lo que más te ha gustado?” y yo: “¿Lo mejor? Las miradas y las risas entre Goiko y Chuches de lado a lado del escenario. ¡Como si fuera fácil tocar así y buscar el hueco para echarse unas risas con la persona a la que peor ves del escenario!
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)

No es un secreto que los miércoles son días difíciles para los conciertos, pero qué gusto da salir entre semana a ver un grupo que te encanta, tomarte una cerveza y observar tranquilamente cómo se llena la sala. Y no es por cotillear, pero estaba hasta arriba de músicos de primera. Eso significa algo. Y no es sólo que los músicos se apoyen entre ellos (cosa que es genial), si no que el hecho de que vayan significa que realmente les gusta lo que van a ver, porque los músicos no suelen tener mucho tiempo para ir a conciertos.

A lo que iba. La sala llena, las luces apagadas, y Goyko Martínez toma el mando para acompañar al resto de la banda con un ritmo animado que acabó convirtiéndose en “Desierto sin arena”. Vaya comienzo.  El feeling que tienen la melodía de bajo y las notas a la contra de teclado es espectacular. Alejandro Serrano cantaba con suavidad creando una sensación de intimidad y de repente toque de latineo, subida de intensidad, vientos a muerte y solazo de teclado.

 

A partir de ahí todo fue rodado. Los DuMMie repasaron los temas de “Un jardinero en la Antártida” desde su  prisma íntimo y exquisito e introduciendo algunas novedades que conquistaron a una Galileo expectante. Y es que la incorporación de David Carrasco (saxo, hammond y voces) a la banda aporta cuerpo a los temas y mucho color, por no hablar de la espectacularidad de los solos de saxo. David grabó el álbum con DuMMie, entiende el proyecto y encaja perfectamente  en la interpretación y en la complicidad que vimos sobre el escenario. Nos dejó de piedra en “A este lado del río” con un solo lleno de feeling que bailaba sobre el ritmo con más groove de los DuMMie para después intercalar voz y saxo en un final épico.

Pero había muchas más sorpresas en la recámara. Llegaba el momento de presentar en directo la dummización de los temas recogidos en el primer volumen del proyecto #ChoqueFrontal y lo hicimos a la suave melodía de “Mi hogar en cualquier sitio”, un tema que han llevado a su terreno para combinar la fina retórica de Antonio Vega con la suave complejidad instrumental de DuMMie en una mezcla maravillosa. También disfrutamos de la cuidada interpretación del poema “Todos ustedes parecen felices”, de Ángel González, que los DuMMie comenzaron solos para invitar a la mitad al rapero Rayden con rimas propias.   Sencillamente genial.

Volvimos a los temas de “Un Jardinero en la Antártida” con la intro de teclado de “Nadie tiene culpa de nada” y no tardamos en recordar por qué los temas de DuMMie molan tanto. Los cambios de ritmo nos guiaban entre la estrofa íntima y el estribillo vivo para llegar al momentazo en el que trompeta y saxo se intercalaban en un diálogo soberbio. Transmiten honestidad sin artificios, cuentan historias. Es fácil sentirse identificado con ellos y por eso cuando tocan hay momentos en los que no puedes quitar la vista de las manos de Alejandro Serrano, que narra con palabras y gestos las historias del día a día de cualquiera que viva en este mundo. Lo escuchas y te dejas mecer. Llega la subida, él aprieta los ojos y rompe la voz y durante un momento sientes lo que él siente.  Y cómo toca! No digo más!

Seguimos con “Shock postraumático” con su principio picado y ¡ese bajo!  Y es que otra de las novedades que trajo DuMMie a Galileo fue el cambio del contrabajo por el bajo eléctrico y tengo que decir que me gustó mucho. Óscar Fernández le dio más grosor a los temas contribuyendo al plus de energía que pudimos ver con respecto al concierto de presentación en la sala Clamores. Y hablando de energía, imposible no comentar los brakes de batería. Si alguien en la sala no había alucinado ya con Goiko lo hizo en el puente de “Shock postraumático”.

Alcanzábamos la recta final del concierto y había llegado el momento de uno de los temas más esperados de #ChoqueFrontal. Cuando Álex empezó a presentarlo una ola de nervios recorrió la sala y comenzaron los vientos de “Pájaros Mojados”. No voy a decir que no estuviera deseando que apareciera Quique González de cualquier rincón, pero tengo que admitir que en cuanto empezó la canción no lo eché de menos (Si algún día lees esto, Quique, perdona. Soy muy fan tuyo, pero es que lo hicieron muy bien). A lo que iba. ¡Qué idea tan buena lo del #ChoqueFrontal! En el vídeo mola, pero es que en directo es una pasada. Es “Pájaros mojados”, es Quique González, pero también es DuMMie: los golpes de aro en los cambios de ritmo, el hammond, el teclado a la contra, los vientos…

Los ánimos estaban por las nubes en Galileo cuando llegó el último tema del concierto, que trajo la última sorpresa. François Le Goffic (guitarra), Verónica Ferreiro y Carolina García (coros) subieron al escenario para acompañar a DuMMie en “Enero”. Qué bonito. François le dio un suave toque reggae con toda la clase que él tiene, ligero y con ritmo. Los coros animaron a todo el público a cantar y Álex sonreía arropado por cien voces que sentían el tema con él. Un momentazo.

 

Terminado el repertorio los chicos abandonaron el escenario, pero la Galileo no los dejó ir tan rápido y pronto comenzaron a oírse las peticiones del bis. A la vuelta nos esperaban los ases en la manga de DuMMie, que comenzaron con uno de los temas más esperados de la noche: “Bueu”. La intro de piano produjo un silencio sepulcral en la platea que sólo rompieron los suaves “mmm” con los que el público acompañó este tema tan personal de DuMMie. Álex invitó a Carolina y Verónica de nuevo y sus voces nos mecieron como olas. La complicidad entre ellos atravesó el espacio y nos hizo a todos cómplices de su secreto e invitados a su oasis particular.

Y de la intimidad absoluta pasamos al toque canalla de “No sale a cuenta”, con la que los DuMMie se despidieron por todo lo alto. Un blues lento cargado de intención y de ritmo en el que volvieron los coros y la guitarra de François para crear una atmósfera cargada de intención. Iba subiendo la energía y nos dejamos conquistar por la voz rota de Álex y el pedazo de solo de David que precedió a un final de infarto con los vientos a muerte y un cierre de batería y teclado. Brutal.

 

 

Nos fuimos de allí cargados de energía. DuMMie ha evolucionado con una nueva onda manteniendo su identidad. Disfrutan de un ritmo lleno de intención, a baja velocidad y repleto de regalos en forma de toques de jazz, notas a contra y mucha clase. Te cuelan el compás raro y ni te enteras, pero lo sientes.  Por eso después de la primera vez no pestañeas y los miras a todos intentando aislar lo que hacen y disfrutar de cada arreglo. Y cuando haces eso los ves mirarse y sonreír, ves cómo disfrutan y te hacen sentir cómplice de su conexión y de su magia. Sé que ya lo he dicho, pero es sencillamente genial.

 

PD: Me he dejado canciones y momentazos, pero para ser totalmente sincera en algunos momentos decidí dejar de apuntar y me dediqué a disfrutar.