The Clams es una banda de RnB y Soul formada por 7 chicas con las cosas claras. Su repertorio fluye entre intimidad y energía y queda salpicado por la frescura de un grupo de amigas que se conocen desde tiempos inmemoriales. La intensidad de su vocalista se apoya en coros firmes y en variados juegos de vientos que incitan a los presentes a cantar y a bailar con ellas. Comienzan suave, te dan groove y de repente te inundan de ritmo y vitalidad. Imposible no unirse a la fiesta.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes) y Carlos Silva (@CSilva87)
El viernes pasado fui a ver a The Clams. Hacía tiempo que tenía ganas, incluso intentamos que vinieran a tocar al #AniversarioEmergentes. No pudo ser por problemas de agenda, pero el caso es que me había quedado pendiente y quería aprovechar antes de que lo peten y se pongan a girar. Ya sabía que eran que son divertidas y que sus temas molan, pero no estaba preparada para la fiesta que montan.
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Ok, por el principio. Son un grupo de chicas, que no es que importe demasiado, pero ellas lo aprovechan totalmente a su favor. Todas vestidas iguales, con un look un poco masculino pero coqueto y con un toque años 50. ¿Los temas? Tanto los suyos como las versiones explotan lo mejor de ellas: Son femeninos, sexys y, sobretodo, muy divertidas.
Abrieron con el dulce “Spent by your side”, en el que las voces de Aida-Clam (voz) y Marina-Clam (bajo y coros) se entrelazaban suavemente para dar la bienvenida al público. Gran apertura para despedir a Noe-Clam, que dejó el saxo un momento para regalarnos un precioso solo de clarinete.
Comenzamos suave y las Clams nos fueron subiendo, primero con sensualidad y después con energía. El trombón (Patri-Clam) y los jadeos de “Strong and proud” calentaron el ambiente para luego reventarlo con versionacas como “I’ve got a woman” o “Hard to handle”. En ese concierto no se despista nadie. Si es tu primera vez y no conoces sus temas no te preocupes que ya se encargan ellas de que no te empanes ni un minuto y bailes hasta reventar. No vas ni a por la cerveza.
Así que ahí estábamos, disfrutando del directo de una banda que sabe hacerte disfrutar de la música y de la puesta en escena. De la expresividad de Aida-Clam a la complicidad entre todas ellas. Las risas, las miradas y las coreografías se contagiaban entre ellas y hacia nosotros y era imposible no acabar sintiéndose una más. Incluso abrieron un pasillo entre el público para regalar CDs a los peores bailes y El Intruso se volvió loco.
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Pero no todo fueron clásicos de las Clams y clásicos del Soul. Las chicas tenían un hueco reservado para algunos de los temas que irán incluídos en su próximo álbum y pudimos disfrutar de la pasión de “Gold”, que terminó con un espectacular solo de trompeta a cargo de Almu-Clam. Y como era un día de novedades y la despedida de Noe-Clam, no podía faltar la colaboración de Mónica-Clam, que será la próxima saxofonista de la banda y que se unió a las chicas en “I just”.
Iba a decir que para el final las Clams tenían preparada una buena fiesta, pero no pararon de cambiar el repertorio (creo que nos vieron hacerle una foto y decidieron puñetearnos un poco.) Y es que así son ellas, se miran, cambian de tema y tiran para adelante. Nos llevaron donde quisieron pero lo hicieron como se lo pedía el cuerpo en cada momento. Más espontáneo imposible.
Así que el cuerpo se lo pedía intenso al final y nos lo dieron todo: Clásicos del Soul como “I’m Blue”, que puso a todas a cantar coros, clásicos del rock como “Lucille” y su fantástico “Take it and Shake it”, un rock and roll lleno de energía que nos puso a todos a bailar. Por supuesto las peticiones de bis no se hicieron esperar y las Clams volvieron al escenario a reventar la sala con “Hit the road, Jack” y “Proud Mery”. Marcha a muerte para cantar y bailar con ellas hasta que no puedes más.
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Cuando todo terminó en El Intruso sólo se veían sonrisas. Da igual si las sigues hace tiempo o es tu primera vez, cuando vas a verlas te lo pasas como un enano. Ellas tienen ese punto en el que le dan un giro de ritmo al soul clásico. Tienen la dulzura, la picardía y la complicidad, pero también una frescura que te hace sentir entre amigas. Me encantaron los coros. Las réplicas, los colchones, todo. Me fliparon los vientos. Me volví loca con el ritmo (ojo al momentazo de Maylin en I’ve got a Woman). Me enganché totalmente a las líneas de bajo y volé con el trémolo de Henar-Clam (guitarra). Ahora, no es que yo sea cantante, es que la voz de The Clams es el sello indiscutible de la banda. Aida-Clam tiene un registro maravilloso, mucha energía y una naturalidad aplastante. Tiene esa sensualidad desafiante que te conquista, hila el concierto, te pone a cantar, a bailar… Toda una show woman que contagia buen rollo.
Así que me fui de allí con la energía por las nubes. Dejé fichados sus temas (que de echo tengo puestos ahora mismo) y disfruté como una niña con las versiones. No es fácil para una banda despertar interés en la gente y no es un secreto que las versiones ayudan, pero además las Clams han sabido llevar grandes clásicos a su terreno, mostrar con ellos las influencias de su sonido y enganchar al público más difícil. Y entre risa y risa, entre baile y baile, temazo propio para que te quedes con ganas de escucharlo en casa y acabes como yo dándole vueltas a su primer EP una y otra vez. Después del viernes lo tengo claro: Me iba con ellas de gira y hasta aprendía a hacer punto (y esto que lo pille quien las conozca y que intrigue a quien no)
PD: Si no lo digo me muero. Pienso en The Clams y me vienen a la cabeza los zapatos. ¡Qué cracks!
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