ANAUT CONQUISTA LA SALA SHOKO

Qué gusto da salir un Jueves de concierto y volver a casa como si la semana no te pesara. Los Anaut se nutren de lo mejor del R&B de los ’50 y lo aderezan con un toque fresco y dinámico que contagia de energía a los presentes. Ritmos precisos, una instrumentación fantástica y, como guinda, la voz metálica de Alberto Anaut conduciéndonos por las raíces del Soul y el Rock and Roll.

Y aquí me veo yo pensando qué destacar del concierto. La pregunta es: ¿Qué no destacar? Para empezar, la complicidad entre ellos se palpa y se transmite. Hay muchísima comunicación, se contagian unos de otros en los momentos de más feeling y todos y cada uno de ellos se dejaron el alma interpretando los temas que les han unido.

Los momentos instrumentales fueron brutales, de una calidad técnica e interpretativa altísima. Alberto dirige el concierto desde el centro del escenario dando paso a cada uno de los miembros de la banda y adaptando cada tema a la respuesta del público. Por su parte, él nos dejó lo mejor de su voz quebrada que nos recuerda a la época dorada del Soul, con cadencia en picado y arreglos en agudo que cortan el hipo.  Un rollo con ritmo pero a un tempo lento, con mucha clase y, ¿por qué no decirlo? muy  sexy.

Al igual que hicieron con su disco debut “140”, los Anaut abrieron el concierto con “Phony Money”, con lo que nos tuvieron dándolo todo desde el principio. Los teclados a cargo de Gabri infundían un ritmo contagioso en su diálogo con guitarra y bajo, con lo que empezamos la noche bailando. Algún tema más lento, como “Jump on” o “When your days grown long”, que Alberto empezó y acabó a guitarra y voz y los chicos de Anaut se nos metieron en el bote.

A medida que recorrían el repertorio se incrementaba el ritmo y  la energía fluía por la sala, que se dejó llevar al son que marcaban los Anaut. Con el aumento de energía llegaron momentazos de Ion y Alberto (trompeta y saxo tenor) y solos de guitarra con sabor a soul y a blues. Remataron el repertorio base con “I’m gonna change my mind”,  donde todos tuvieron su momento para despedirse como mejor saben hacer.

Para el bis, los Anaut nos tenían preparada una sorpresa que Alberto anunció agradeciendo a los grupos que han mantenido viva la música negra en los momentos más difíciles e invitando a Mayka Edjo, cantante de Sweet Vandals, a cantar con él “Who are you”. Tras la explosión de aplausos que sobrevino al dueto, los Anaut volvieron al completo al escenario para ponernos a bailar al ritmo del medley “Does it matter anyway?/Garrulism” y despedirse de los presentes de la mano de Ion, que se encaramó al borde del escenario para presentar a la banda y hacernos aullar al grito de “I say yeah!” Cerraron el repertorio con “Hallelujah, I love her so”, el pequeño homenaje que los Anaut han querido hacer al siempre grande Ray Charles y que desató los aplausos de un público que se despedía agradecido haciendo ruido.

Las luces de la sala nos despertaron del sueño y una servidora se acordó de repente de que había que irse a casa para madrugar al día siguiente. Se me había olvidado el cansancio, el sueño, y hasta que existía otro mundo en el que tenía que trabajar. Los Anaut habían cargado mis pilas con mucho ritmo y con la pasión de quien echa el alma con lo que hace. Su sonido, repleto de elegancia, emite ecos de los años dorados del Soul y el Jazz y se nutre del toque cañero de las raíces del Rock and Roll. Un equilibrio perfecto para conquistar al público más exigente.

 

Si os ha gustado la crónica y queréis saber más de Anaut, no os perdáis la entrevista que concedieron a Emergentes, en la que hablamos del proceso de creación del proyecto, las dificultades y los éxitos, del panorama musical y, por supuesto, del próximo álbum: http://emergentes.es/anaut-y-el-exito-de-su-primer-trabajo-140/

 

Y ahora os dejamos con un fragmento del concierto de ayer en Shoko. Que lo disfrutéis!