Elder Shaker nos convocan periódicamente para compartir un buen rato, pero hay razones que dejan ésta a la altura del betún. A veces viene bien recordar que la cultura puede apoyar a la ciencia. Que el ocio puede respaldar una necesidad social. Sigamos recordándolo y sigamos ejerciéndolo.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
No voy a negar que a mí la palabra investigación me suma muchísimo. Me pesa la científica que llevo dentro. En esta ocasión, los Elder Shaker unieron fuerzas con la Fundación MD Anderson para recaudar fondos para la investigación del cáncer. El cáncer, ese gran conocido y el enemigo a batir.
Disfrutamos de una noche de magia y buena música. De la complicidad de un escenario lleno de amigos y de la magia de unos músicos que tocan juntos por primera vez. Qué de noches recordé en algunas de las colaboraciones y qué de noches me imaginé en otras.
Un tema de Elder Shaker y uno de la colaboración. Perfecta armonía y un momento para que todos tuvieran oportunidad de presentarse formalmente. Para que todos contribuyeran a la causa.
Colaboraciones
Estoy pensando en cómo nombrarlos a todos sin escribir La Biblia. No voy a poder y encima se me va a notar que por allí tenía amigos. Qué situación. Dejémoslo en que morí de amor con Anaut y Gabi Planas. Que lo gocé locamente viendo a Cristian (Luback) volver a tocar con los Elder. Que lo de Willie B. Planas bien merecía una canción, aunque forme parte de la banda.
Caí una vez más a los pies de Germán Salto y conecté con mis primeros conciertos cuando salieron Paco (Morgan, Anaheim) y Tino (Los Lebowski). Por fin vi en directo a los Track Dogs y me arrepentí de no haberlo hecho antes. Y me quedé soñando cuando escuché a Juan Zelada, como siempre.
Confesaré que me regalé “London” y que la canté con la misma alegría de la primera vez que vi a Elder Shaker en directo. Y también que mi parte favorita fue “I shall be released”. Los roceños tienen costumbres que te conectan con algo que no recordabas que tenías dentro. Pero además había que verlos compartiendo micros y disfrutando de volver a cantar juntos. Como tantas veces, como tantos jueves, como en tantos garitos olvidados en los que se encendió la chispa que aquella noche quemó la Galileo.
Tal vez te interese
Gigante victoria para Playa Cuberris y Sergio Rojas
Atraco, dos noches de pólvora y Rock en El Sol
Entrevistas Emergentes
La MODA es un Salvavida
Shinova: “Cartas de navegación”
