Gabi Planas presenta “Adiós Juan Capitán”
Gabi Planas presentó su “Adiós Juan Capitán” con un derroche de clase que me hizo recordar viejos tiempos. Vistió los temas con el fino toque de una banda que destiló buen gusto por los cuatro costados. Se sentía la camaradería y los cuerpos apretujados de la Costello respondieron con entusiasmo. Hay algo especial en los primeros conciertos de un proyecto y es un placer verlo.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
Conocí a Gabi Planas hace un montón de tiempo. Yo aún no sabía que iba a pasarme esto con la música y, aunque él no lo sepa, en parte fue culpa suya y de todo el universo que había alrededor de Inanout. Se marchó a estudiar fuera y, en ese tiempo, la semilla de Emergentes germinó y yo sufrí una inmersión voluntaria pero incontrolada. Hoy por hoy siento un agradecimiento y una admiración tremendas. Tal vez por eso recibí con mucha alegría las noticias de que estaba preparando su propio proyecto.
Le vi por primera vez teloneando a Morgan en un concierto en But. (Qué bonito cuando los amigos siguen unidos a pesar de todos los ires y venires del tiempo). Le volví a ver otra vez teloneando a Elder Shaker, esta vez con banda. (Qué bonito ver más amigos trabajando juntos por algo en lo que creen). Y lo tuve más que claro: tenía que escribir sobre esto.
Con estos antecedentes no es de extrañar que me anotara en gigante que Gabi Planas presentaba disco. Y allí me presenté, tarde y con Costello lleno hasta la bandera. Con un montón de amigos entre la puerta y el escenario y con el ansia de echar las fotos y quitarme de en medio para disfrutar el concierto. Y vaya si lo disfruté.
No quiero desgranar cada canción contándoos qué me gustó de cada una. Ya sabéis que me gusta nombrar a todos los músicos, pero con el tiempo me he dado cuenta de que pesa más una opinión sincera que una descripción. Si queréis saber cómo es un Gabi Planas en directo lo que tenéis que hacer es ir a verlo.
Adiós Juan Capitán
“Adiós Juan Capitán” tiene un corte más reposado del que irradiaba Inanout, imagino que todos nos vamos volviendo más tranquis. También nos vamos a haciendo más sabios y aprendemos que los detalles que hacen de una canción algo mágico se disfrutan despeinándonos menos.
Igual por eso lo que quería era irme cerca de la mesa de sonido y escuchar. No veía nada, pero sentía los solos de Javi Rubio en cada uno de los pelos de mis brazos. Oía la acústica de Paco López como un run-run que sostiene todo. Me dejé golpear en el pecho por el bombo de Ekain Elorza y reposé sobre el bajo firme de Willie B. Planas. Me apoyé sobre las teclas de Juan. Y escuchaba a Gabi.
Le veía entre siluetas arrugando la cara en los momentos de tensión. Desaparecía en los golpes de música cuando doblaba las rodillas y volvía a aparecer. Y cantaba. Y como en esta banda no hay mancos ni mudos me perdí en los coros y jugué a intentar separar las voces y a cantarlas. Qué maravilla.
La noche se saldó con una sonrisa y muchos abrazos. Con un repertorio que despertaba las ganas de irse a casa a reescuchar y repasarlo todo y con la promesa de que pronto habrá más conciertos. Estaremos atentos.
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