Badlands es un viaje largo en coche. Una carretera estrecha que se pierde en el horizonte, atravesando campos de cultivo y paisajes amarillentos. Polvo tras los neumáticos. Horas y horas al volante.
🖋️ : Marta González (@Martirulirita), 📸 : Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
En su particular peregrinaje, Badlands embarcaron a las almas que nos reunimos en la Sala El Sol. Bárbara Téllez conducía su Nikon aquella noche, yo iba de copiloto mirando por la ventanilla pensando en palabras.
Dan Millson
Nada más encender el dial de la radio nos sorprendió Dan Millson (con dos eles). Contra todo pronóstico, a voz y guitarra, consiguió cautivarnos.
Dan tiene ese poder que encierran entre los dedos muy pocos. Cuando se acercó al micro y dio la primera nota todo alrededor se desvaneció. Sólo estaba él, con rabia y con ternura, con desparpajo y calidez. Si tengo que elegir, me quedo con “Queen Without a Crown”. Un gran aperitivo de lo que estaba por llegar.
Dan tiene ese poder que encierran entre los dedos muy pocos
La siguiente salida de la autopista indica Badlands. Ponemos el intermitente.
Badlands
El viento en la cara y el banjo de Raúl Puñorosa se desliza por la ventanilla. El sabor de las cuerdas deja un regusto a metal, que llega desde los dedos de Andrés Lomas al contrabajo. “See Me Around” apretó el acelerador haciéndonos confiar en las luces doradas de Badlands.
En un movimiento maestro, Guillermo Giner y Rafa Adrián desenfundaron guitarra y violín. Nos dispararon a bocajarro “Middle Of The Road”. Una bala de armonías perfectamente dirigida al centro de la diana. Las cuerdas toman el relevo y el vello…de punta. Frenamos para tomar aire cuando May, armónica incluida, defendió “Tornado”. Un rugido en castellano al que imposible resistirse.
El Sol cae en el horizonte y la carretera acaba, el broche se llama “In The End”. Imitando con palmas el ritmo de la batería contagiosa de Ben Wirjo, deseamos que el viaje de esta banda valenciana les traiga todo lo bello que están sembrando. Badlands son como el amor: el que lo probó, lo comprende. Insisto. Amor, a primera escucha, con la furia de un tornado. Sombreros al pecho y un golpe de whiskey por ellos.
Badlands son como el amor: el que lo probó, lo comprende
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