La MODA revalida el éxito de la apuesta que supuso “Salvavida (de las balas perdidas)” con una despedida por todo lo alto.
🖋️ y 📸: Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
La Maravillosa Orquesta del Alcohol (La MODA) lo ha vuelto a hacer. Dos WiZinks llenos en menos de un año. Voy a permitirme la licencia de decir lleno aunque faltaron 200 entradas para hacer las 15000 que acreditan el sold out. Otros habrían colgado el cartel de “No hay entradas”. Ellos no. Por detalles como éste había ahí 14800 almas. Por eso los 14800 cantamos como si hubieran escrito esas canciones para nosotros.
La MODA, un pie delante del otro
He escrito muchas veces sobre La MODA y he de admitir que empecé el concierto preocupada por lo que iba a decir. “No tengo nada que decir que no hayáis oído”. Pero basta de juegos de palabras con las canciones, pongámonos serios. Cuantas más veces los veo en directo más canto, más cosas veo y más pienso en por qués.
Me encontraba mirando todas esas manos levantadas y pensaba en cómo puede un proyecto independiente y autogestionado llegar a tanta gente. En cómo un disco tan crudo y crítico puede unir tantas voces. De nuevo, la pregunta es el origen de la respuesta. La MODA son lo que son y no huyen ni pretenden. Son 7 tíos en camiseta interior hablando de las cosas que les importan. Intensos, comprometidos, abrumados, valientes y agradecidos. Como todos nosotros.
“Creo que estáis inspirando a un colectivo y que eso es lo más importante de todo. Enhorabuena. De corazón.” La MODA en WiZink, dic18
Cuando tocaron por primera vez en el WiZink escribí que inspiran a un colectivo. El pasado sábado sentí mis propias palabras en cada poro de mi piel. Canción a canción, repasando cada verso en el que alguno de nosotros, cabecitas emocionadas, nos habíamos refugiado alguna vez.
Despidiendo Salvavida
A estas alturas de crónica imagino que querréis saber qué pasó. No os lo voy a contar todo, para eso tenéis el vídeo del concierto. Sólo diré que pasaron cosas que no habían pasado antes.
Que ya me jodió que la colaboración de Juan Blas me pillara dejando la cámara en consigna, pero vaya energía y vaya descarga de rabia. Que la respiración se me volvió rápida y cortada cuando Diego Galaz y Jose Arribas (Fetén Fetén) subieron a tocar “Flores del mal“. Qué beso a su raíz estas colaboraciones, ¿no? Un guiño al aire más Rock y Folk de los primeros temas de La MODA.
Quedaba tela y aluciné con Rober del Pyro y Victor Rutty, que son dos máquinas. Cotilleando con los compañeros me enteré de que mantienen sus trabajos y para poder seguir siendo independientes en la música. David habló de respeto y admiración en lo personal y en lo profesional, y la verdad es que me cuadró todo entre ellos. Levantaron a la sala con “La vida se gasta“. Pocas cosas hay más espectaculares que ver el WiZink cubierto de luces para una canción así.
Cuando anunciaron a Morgan y salió Nina casi me da un parraque. Quería escribir a Marta (@martirulirita. Conocéis a Marta, es redactora habitual aquí) pero no podía. Entonces me entró un Whatsapp en el que sólo ponía: “Tía, me muero”. Y de repente conectamos ella y yo entre las casi 15000 personas. Después se pusieron a tocar y compartimos todo eso con los demás. Tenía que ser “Hay un fuego” y tenía que ser Morgan.
Después de aquello pensé que ya quedaría poco para el final pero salió Quique González. Tocaron “La cuerda floja” y “1932” ¿Qué puedo decir? Es Quique y yo ya estaba muy sensible.
Ya sé que el tiempo vuela (😉), pero si pudiera coger y guardar un momento sería este concierto. Lo tengo de fondo en mi casa, pero no es suficiente. Desde aquí veo las caras de emoción del escenario y me gusta. Sin embargo, lo mejor de un concierto de La MODA es la conexión. Con ellos, con los que están a tu alrededor, con todos los que saltan, con los que te ven cantando y cantan contigo.
Cantamos a las raíces, al deber de comprometerse, de reflexionar. Al miedo a no ser capaces de luchar nuestros sueños, al de golpearnos con la vida y caernos de ellos. Cantamos a lo que nos atormenta y a lo que nos empuja, y lo hicimos juntos.
Cantamos a lo que nos atormenta y a lo que nos empuja, y lo hicimos juntos.
Para despedirme quiero contaros algo que creo que lo refleja todo. Mientras tocaban “Campo amarillo” la pantalla mostró a una chica a la que se le saltaban las lágrimas de la emoción y todo el WiZink empezó a gritar. Algunos también lloraban, otros queríamos darle un abrazo, pero gritamos con ella y para ella. Unir así a 14800 personas no es ninguna tontería. Señores de La MODA, mirad la que habéis liado.
Gracias. Podéis ir tranquilos, que nos cuidamos entre nosotros, pero volved pronto.
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