Quien me conoce sabe que mi corazón pertenece a la Americana. No me malinterpretéis, estoy abierta a muchos estilos musicales. Decir que estoy abierta a todos sería mentir, pero una se esfuerza por estar actualizada y aprender. Sin embargo, si miro la agenda y tocan los Badlands no hay más que hablar.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
Los conocí casi de rebote en la presentación del Montgorrock del año pasado y se convirtieron en el fichaje de la noche. Los perseguí por el Madcool Talent, Sonorama y los acompañé tras los escenarios del Festival Gigante. No puedo decir que me quedara con ganas de más, pero sí que cuanto más los veía, más ganas tenía de volverlos a ver.
Me alegré una cosa loca de ver la Siroco hasta la bandera. No es fácil para una banda atraer público fuera de su ámbito local, pero los Badlands saben hacerse escuchar. Desparramaron lo mejor de sus melodías potentes intercalando y armonizando voces. Hay que ver lo que me gustan unos buenos coros. Jugué cantando y separando las voces de temas como “See me around” o “The goldrush” y lo pasé como una niña.
Bailé como en un día de fiesta con “Howl” y me déje empapar por la fuerza lenta y demoledora de “Weak men chearish (Oh, Lord)“. Con los Badlands cada concierto es una colección de texturas y de sabores. Cada cambio de instrumento renueva el aire y alimenta la ola. Diría la bola de nieve, pero sería más apropiado hablar de la planta rodadora.
Tocan los Badlands y huele a polvo del desierto. A madera, hierro candente y whisky casero. Al metal de las cuerdas recién cambiadas. A “Call me fire” y a “Colorado“
Las sorpresas de la noche llegaron anunciadas por el sonido metálico de la armónica de Ángel Vera. La colaboración perfecta en la noche perfecta y, sin embargo, aún hubo una guinda más. Los Badlands nos dejaron “Tornado“, su primer tema en castellano.
No es fácil llevar las melodías propias del Folk Americano a la sonoridad del castellano y disfruté muchísimo de esta nueva faceta de Badlands. Sonaron potentes y precisos. Sonaron a ellos mismos. Espero que les abra nuevas puertas y que esas puertas me lleven a mí al borde de su escenario.
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