El pasado 06 de marzo los madrileños Boss And Over presentaron en la sala Caracol su último trabajo “Ultrarrealidad” y lo hicieron con sus mejores armas: precisión y locura. Combinan a la perfección destreza y espontaneidad para conquistar los pies y los oídos de todos los presentes y lo salpican de toques de humor que conquistaron nuestra simpatía. Cantamos con ellos sus temas clásicos, aprendimos los nuevos y, sobretodo, bailamos y reímos hasta reventar. En resumen, Boss and Over en todo su esplendor. Estás alucinando con cómo suenan y de repente estás de risas como parte de la familia. Una gran noche.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes) y Carlos Silva (@CSilva87)
Con las cortinas de Caracol cerradas comenzaba a sonar la sardana que anuncia el comienzo del concierto de los Strombers. Intrigados, pusimos la vista en el escenario y, como de la nada, una explosión de energía nos golpeó de adelante a atrás. Los Strombers invadieron el escenario a ritmo de Ska entre saltos y bailes y revolucionaron a un público que respondió entusiasmado.
En su primera visita a Madrid, los Strombers nos regalaron una noche llena de fiesta y buen humor en un repaso por casi todos los estilos musicales: Desde Rock a Charanga pasando por Rancheras y, como no, su inconfundible sello Ska que puso a toda la Caracol a bailar. Los que los veíamos por primera vez descubrimos clásicos de su repertorio como “Bailando Ska, la panza se te va”, “M.I.L.F.” o “Calle Caramelo” y disfrutamos con sus enérgicas coreografías y su loca puesta en escena. Y es que ésta es la seña de identidad de una banda que lleva como bandera el buen humor. Las poses, las caras, los saltos… Todo ello hace a los presentes partícipes de la fiesta de los Strombers y los contagia con su entusiasmo y energía.
Con la Caracol totalmente a oscuras, la voz de documental de “Planeta Animal” presentó a los hombres de Boss And Over, que aparecieron en el escenario vestidos de trogloditas para abrir el concierto con el que ha sido single de su último álbum: “Mamá, quiero ser músico”. No tardó en acompañarles la voz decidida de Sandra, que nos guió a todos en una fantástica exposición de los (muchos) puntos fuertes de esta joven banda. Y es que los Boss And Over no sólo derrochan buen rollo, si no que suenan que da miedo. Intercalan ritmos con una precisión pasmosa y los salpican de solos de guitarra y bajo espectaculares, sin mencionar los momentazos de saxo y, como no, de la voz que baila entre cambios de plano, susurros y voces negras.
Alcanzamos entonces la “Mitad del concierto”, que Ángel anunció silbando y derivó en el diálogo de “yo si me lo estoy pasando bien” y en el esperado “¡Somos Boss And Over y el sexo está sobrevalorado!”. Guille y Ángel doblaron juntos el solo y nos regalaron un momento instrumental que nos puso a todos a bailar a ritmo de fiesta.
La fiesta volvió con el ritmo swing de “All of me”, que los Boss and Over acompañaron de una divertida coreografía y firmaron con un solazo de saxo a cargo de Guille. Y si los ánimos no estaban suficientemente altos el cambio de instrumentos entre Ángel y Jacobo anunciaba tormenta: Era el turno de “The Ball (on fire)”. Las notas pausadas de la intro sólo incrementaron la energía de un público que esperaba la subida de ritmo y lo acompañó bailando a muerte toda la canción. Los cambios de intensidad, los punteos que corretean, la voz de Sandra bailando de puntillas y saltando de repente… Sensacional.
Nos fuimos a casa con las pilas cargadas y la sonrisa en la cara. Fue una noche de revisión y de evolución que los Boss And Over salpicaron de alegría y buen rollo sin dejar de lado una interpretación de primera. No es fácil encontrar músicos que combinen técnica y delirio a este nivel, ¡pero qué gusto da encontrarlos!
Echando la vista atrás me ha dado por revisar la primera crónica que hice de uno de sus conciertos y me he encontrado con que ya no me gusta ninguna conclusión más que la que escribí aquella vez, así que ahí va:
“Qué pedazo de músicos. Es impresionante ver la complicidad que hay entre ellos, la forma en que realizan cambios de ritmo imposibles sin inmutarse, los toques melódicos acertadísimos de la mano de Guillermo, los breaks de Jorge y la velocidad a la que Ángel y Jacobo tocan sin perder ni un segundo la sincronización. Y qué no decir de la voz de Sandra: Precisa, divertida, súper energética y llena de matices. Los Boss and Over tocan con una solidez que ya quisieran muchos grupos más consolidados en el panorama musical. Ellos están en la misma onda, se entienden y se siguen y, si quieres, te dejan entrar y participar de su particular locura. Sin lugar a dudas, con ellos me tiraría a la piscina desde un tejado gritando “¡¡Soy un Dios dorado!!”