VETUSTA MORLA CAMBIÓ NUESTRAS VIDAS

Vetusta Morla
Vetusta Morla - WiZink Center
Vetusta Morla celebra el décimo aniversario de su primer disco “Un día en el mundo” y no había mejor manera de hacerlo que con el concierto #ElDiscoQueCambióNuestrasVidas.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)

El frío amenaza Madrid pero el interior del WiZink Center se tornaba cálido con las 16.000 personas ansiosas por disfrutar uno de los conciertos más especiales del año. Celebrábamos los 20 años de Vetusta Morla y 10 de  “Un día en el mundo”, el disco que cambió sus vidas… y también las nuestras.

El disco que cambió sus vidas… y también las nuestras.

No es un secreto que Vetusta Morla ha cambiado el panorama musical en muchos aspectos. Su trayectoria y su empeño en explorar y reinventarse han servido de caldo de cultivo para un panorama musical fuerte e independiente. Ojo, que no digo “indie” y lo hago porque me refiero al hecho de que sean las bandas las que dirijan la evolución del proyecto.

Fue una noche especial y, como tal, comenzó de forma especial. El WiZink rugió al apagarse las luces y escuchar el principio de “Otro día en el mundo”. En la pantalla, Pucho salía de casa y caminaba recogiendo al resto de la banda camino de Fnac Callao. Aquel pequeño concierto se transformaba entonces en las bambalinas del escenario y Vetusta Morla hacía su entrada a lo grande.

Vetusta Morla – WiZink Center

Sólo con ese momento ya me habría bastado. Fue el hilo de una historia reflejado en unas sonrisas inmensas. Fueron 6 siluetas de espaldas, 6 caras felices y 16000 cabecitas emocionadas. Puede resultar extraño, pero hubo algo bonito en ver lo que veían ellos desde el escenario. Vernos a su espalda alzando las manos y cantando nos hizo sentir parte de todo.

La fiesta se presentaba a sí misma como una recreación de una etapa y una celebración del momento en el que los Vetusta Morla hicieron de la música su modo de vida. El concierto se hiló en un formato casi documental que entrelazaba pasado y presente en un formato único. Los temas que cambiaron la vida de Vetusta sonaron sobre imágenes y declaraciones de hace 10 años formando un bucle temporal que nos transportó a todos.

La pantalla se transformó en un miembro más del show. Vaya montaje. De los versos superpuestos de “La marea” a las caras emocionadas de la primera fila en “Al respirar”, generó el lienzo perfecto sobre el que se plasmaba la historia de Vetusta Morla.

Jorge recuperaba el bidón para “Boca en la tierra” y “La cuadratura del círculo” y los Vetusta cargaban de energía un concierto que aún tenía invitados por desvelar. Campi Campón (productor) y Jairo Zavala (Depedro) subían al escenario para dibujar la historia que no pudo ser a través de “Maldita dulzura”. ¿Cómo os cuento esto? Morí de amor escuchándolos y viéndolos. Imaginándome como un observador en una noche de cañas y música en casa. Sintiéndome parte de algo a la vez íntimo y compartido con una multitud.

En una noche así no podía faltar el agradecimiento al equipo y en esta ocasión no sólo desgranaron todas las piezas de la maquinaria, sino que las subieron al escenario para versionar uno de los temas que ha sido parte de la BSO de las giras de Vetusta: “El amor valiente”, de Deluxe. Fue entonces cuando la silueta de Xoel López se adelantó al frente del grupo y prendió otro de los momentazos de la noche. Qué maravilla.

Seguía la fiesta y disfrutamos de la eterna “Copenhague”, que desató un murmullo a gritos y una lluvia en el canal. La corriente nos llevó a  “Sálvese quien pueda” y “Valiente” y el mar nos meció en un íntimo “Iglús sin primavera” que envolvió de emoción el WiZink entero.

Se avecinaba el fin de fiesta y la banda volvía al escenario para brindar por el “Año nuevo” y dibujar “Un día en el mundo”. Se despidieron con “Saharabbey Road” e inundaron el aire de voces y sueños. De retazos del pasado y de emoción por el futuro. De nuevo, los Vetusta Morla entrelazaban las líneas del tiempo y  bordaban con hilos de intimidad la tela de una multitud. Magia pura.


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