MORGAN. TE PARA Y ACELERA EL CORAZÓN A LA VEZ

Morgan en Moby Dick
Morgan es un proyecto íntimo y potente lleno de matices y de ritmo. Nacido de raíces americanas, es Soul, es Blues y es Rock and Roll, todo ello dirigido por la voz rasgada y emotiva de Carolina de Juan (Nina). El viernes pasado presentaron los temas que recoge su álbum debut “North” en un concierto cargado de emoción y energía.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)

Morgan en Moby Dick

[dropcap letter=”A”]brieron el concierto con una batería de sus temas más recientes: “Cold”, “Attempting” y “Cheesecake”, que sacaron a relucir los puntos fuertes de Morgan nada más empezar. Los cambios de intensidad, los colchones armónicos y la sutileza de los arreglos de guitarra dejaron claro desde el principio que ésta es una bandaza instrumental.  Y si aún había algún despistado  el momentazo de Paco Eldelahar (guitarra) y David Schulthess (teclado) levantó todas las miradas para estallarlas en un sonoro rugido.

De las novedades a las reinvenciones, vibramos a muerte con el inicio pesado y el rugido final de “Goodbye”; el rollazo y el feeling de Nina en “Roar” y la mágica reinterpretación de “Work”. Porque puede que muchos no lo sepáis, pero estos temas salieron a la luz a piano y voz en un formato más íntimo y se han ido reinventando con la incorporación de la banda. Los cortes limpísimos, las subidas y bajadas de intensidad y ese ritmillo más RnB… brutal.

Morgan en Moby DickPero había muchas sorpresas esperándonos. Desde la presentación de un tema nuevo en castellano (eh, genial. Ojalá que esté recogido en “North”) a una serie de colaboraciones de infarto. Comenzamos con Nuria Elósegui (Nur), que nos dejó dos duetazos de primera con Nina. Sus voces empastaban a la perfección en armonías intensas y delicadas que conducían los estribillos de “Misery” (P!nk) y “Weather” para terminar ambos temas intercalando arreglos en los que pudimos disfrutar de la suave sensibilidad de Nina y el fino control de Nur. Jugaron con las dinámicas e hicieron bailar los temas entre la suavidad y la intensidad de un juego de giros imposible.

Para entonces llegábamos a la recta final y los Morgan invitaron al escenario a “las chicas”, que acompañaron a la banda en el esperadísimo “Home”.  Qué decir. Eso hay que verlo. O mejor dicho hay que sentirlo, porque la versión de estudio es preciosa, pero verla en directo te para y te acelera el corazón a la vez. No sé si es esa suave melancolía del principio, la emotividad de Nina o el subidón inmenso que aportan los coros según se desarrolla la canción, pero sientes los cortes de ritmo en el pecho y las voces te mecen y te llenan. Sencillamente bestial.

Morgan en Moby Dick

Los ánimos se habían quedado en las nubes, pero los Morgan nos tenían preparado el tema que ha sido single de su álbum debut: “Praying”. Qué voy a decir que no sepáis ya. Los coros, el slide… a mi esta canción me transporta. Y aún quedaba tela, porque en el tintero aún estaban “Sometimes” y “Thank you” cargadísimos de energía para reventar la Moby Dick.

 

Los chicos se despedían, pero antes nos dejaron un regalazo de esos que callan una sala entera. Paco y Nina bajaron del escenario, se perdieron entre la gente y nos dejaron una versión acústica de “Honey, come home”, que  caló hasta el aire que nos rodeaba. Naturalmente las peticiones de otra no se hicieron esperar y la banda completa volvió al escenario para cerrar el concierto con el grandísimo “El librero”. Finalazo cargado de intensidad y acompañado de un espectacular solo de Paco que dejó la energía por las nubes.

 

Se acabó y me fui de allí abrazada al EP y pensando: “Y el disco, ¿cuándo?”. Cuando me entere os digo, pero de momento os recomiendo cotillear los vídeos en acústico, buscar las diferencias con los temas del EP y, por supuesto, ir a verlos tocar. Morgan tiene mensaje, tiene profundidad, ritmo… pero además su directo es intenso y emotivo. Te carga de energía y te vacía en un instante, dejándote desnudo a merced de la voz rasgada de Nina. Y de repente, sin que lo esperes, los matices se transforman en fuerza, el ritmo se corta y te golpea y llega el desparrame musical. Joder, es que son muy buenos.

 

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