Zahara celebra la vida, la música y el empoderamiento femenino reuniendo a sus astronautas en una noche mágica en las Noches del Botánico
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)
Zahara es mucho más que música. Es una colección de ideas. Es la expresión de una reivindicación en clave de metáfora. Decir Zahara es mucho decir, y por eso esperábamos con ansia su “Noche de astronautas”.
Si habéis visitado las Noches del Botánico ya sabéis que son pura magia. El espacio es un oasis escondido en el tórrido Madrid veraniego y el ambiente inmejorable. Las cabecitas se arremolinan y los pies saltan nerviosos. Así andábamos la noche del sábado, preparándonos para una fiesta de las que hacen época.
Ximena Sariñana
La mejicana Ximena Sariñana desplegó el buen rollo por todo el Botánico con su carisma y su ritmazo. Resulta que la tía lo está petando cosa loca (de hecho, colaboró con Leiva el domingo), pero yo no la conocía. Graaaan error por mi parte. Ximena es un centro emisor de alegría y frescura.
Su complicidad con la banda, sus idas y venidas, sus limones con piernas en el escenario… Me perdí mirando sus ojos por encima del micro. Ella miraba a la banda, dirigía la fiesta y desplegaba un tendido de energía veraniega bajo el que bailamos todos.
Zahara
Siempre que voy de concierto me fijo en cosas que no tienen del todo que ver con la música. Del concierto de Zahara me quedo con su sonrisa. Pocas cosas hay más bonitas que ver a alguien a quien admiras sonreír agradecido porque ese momento esté pasando. Porque estés ahí.
Zahara salió sola al escenario a tocar “La Gracia” y su cara era un poema. La noche de las astronautas era más que un concierto. Era una fiesta y una reivindicación. Una bandera. Ella lo vivió de una forma especial y nos hizo sentir parte de algo especial.
Era una fiesta y una reivindicación. Una bandera.
No puedo dejar de comentar la presentación de la banda cuando Martín Perarnau, Manuel Cabezalí, Pablo Pérez y Carlos Sosa subieron al escenario. Uno por uno, con su mayor respeto y con un abrazo y un saludo de puño que explota. Igual soy la única persona que cuenta esto en la crónica, pero cómo me gustó ese momento. Ya que hablamos de complicidad y de amor os dejo el aftermovie que publicó ayer Zahara. Ojo al texto y al respeto inmenso que contiene.
Las astronautas
Desde que empezó a organizar este concierto, Zahara siempre lo concibió como un show lleno de colaboraciones. Sin embargo, cuando comenzó a hacer la wishlist se dio cuenta de que todos eran hombres. Ella, feminista, empoderada y comprometida, se había dejado fuera a las mujeres. Seamos sinceros, es cuestión de números y casi todos los músicos son hombres. Pero ahí reside el feminismo, empoderamiento y compromiso de Zahara: Le dio la vuelta al plan y decidió celebrar “La noche de las astronautas”
Casi se cae el cielo sobre el Botánico cuando Eva Amaral subió a interpretar “El universo sobre mí” y “El frío“. Vega deshizo el corazón de Madrid con “Camino a L.A.” y “Wolverines” y juntas las transfomaron con las normas de una nueva dimensión.
Dicen que las mujeres nos enemistamos. Que somos todas unas malas perras, vamos. Zahara invitó a Russian Red para demostrar lo contrario. Ellas empezaron juntas, crecieron en paralelo y se nos ha intentado convencer de que su rivalidad era insalvable. La magia de “Michael P” y “Oh, salvaje” convirtió todos los chismes en abrazos. Si sólo pudiera destacar una imagen para expresar la sororidad sería esa. Qué maravilla.
De maravilla en maravilla, llegaba el turno de Rozalén y Beatriz Romero para interpretar “Vuelves” y “Guerra y paz“. No tengo palabras para expresar lo que me transmiten estas mujeres. Quitando algún selfie y algunas conversaciones de redes, nunca he tenido oportunidad de hablar con ellas. Algún día, cuando se dé la coyuntura, quiero abrazarlas y darles las gracias.
Volvía entonces Ximena Sariñana al escenario para acompañar “Sin ti no puede estar tan mal” y “Caída libre” y lo gozamos con la energía que había entre ella y Zahara. Qué bonito.
Las sorpresas del fin de fiesta
Aún quedaban astronautas en la lanzadera. Las imagino ingrávidas, amarradas a un asidero con su traje puesto y listas para salir a explorar el universo.
La primera de ellas fue la bailarina Macarena García, que puso la rabia en movimiento con “Hoy la bestia cena en casa“. En la pantalla, fotos de diferentes políticos recibían el calificativo de replicantes y los gritos de un Madrid que no va a dejar de luchar al pie del cañón.
No me quiero meter en política, pero que sepáis que Manuela Carmena fue la única del lado de los humanos y la única a la que el público aplaudía. Pues no quería meterme, pero si Zahara se moja es indigno que no lo haga yo. Tengo el corazón en un puño con lo que está pasando en Madrid. Me produce asco y apatía… Pero aquella noche me emocioné.
Es labor de la cultura expresar inquietudes y defender ideas. Se nos olvida, pero el arte es mucho más que ocio y el público mucho más que vulgo. Ver a mi gente expresarse así me llenó de orgullo. Gracias.
Es labor de la cultura expresar inquietudes y defender ideas
En fin, volvamos a la música. Para el bis, Zahara se rodeó de una banda completamente formada por mujeres. Mariana Pérez, Laura Solla, Angie Sánchez y Mey Alean subían al escenario a reclamar el valor de todas nosotras. Lo hicieron con “El deshielo” y con un precioso homenaje a Bowie en forma de “Life on Mars“
Zahara siempre ha dicho que para ella no hay nada más político que bailar libre. La noche de las astronautas nos hizo bailar libres a todos y demostró que todos los hombres y mujeres libres bailaremos para liberar a los que aún no lo son. Para visibilizar a las mujeres que demuestran día a día que esa igualdad existe y que sólo tenemos que alargar el brazo y hacernos con ella.
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