Crónica del concierto de Amaral y María Yfeu en las Noches del Botánico
📸 y 🖋️: Uxía Soliño (@Uxiusa)
María Yfeu
El pasado sábado 3 de julio el Real Jardín Botánico de Alfonso XIII se convirtió en el espacio onírico perfecto. María Yfeu se encargó de ponernos a tono con un chorro de voz erizante y prodigioso para un Noches del Botánico prometedor.

Amaral
Nerviosos, emocionados y sonrientes salen un Juan Aguirre y Eva Amaral. Disfrutamos de un par de acústicos como “Señales” o un clásico “El universo sobre mí”. Su vestido, como un cielo de verano al anochecer, volaba con el viento mientras Eva bailaba con sus brazos y melena mientras cantaba. La composición musical perfecta ante un público atónito y maravillado.
Entre temazos, fue pasando la noche. “Cómo hablar”, “Nuestro tiempo”, “Kamikaze” o “Revolución” se encargaron de crear una bipolaridad asombrosa. Los asistentes pasaban en cuestión de minutos de la lágrima más emotiva al grito más extraordinario.



“Soledad” agrietó miradas que rebosaban llanto y “Moriría por vos” nos acercaba a un majestuoso karaoke. “Nocturnal” se encargó de avivar las ganas. Lo que el público aún no sabíamos era la que nos tenía preparada el grupo aragonés.
Mar, sal, brisa y “Ondas do mar de Vigo” nos teletransportó a todos a un espacio sinérgico de calma y morriña (he aquí la aludida). Tras los breves versos del mítico Martín Codax, Amaral comienza a tocar “Mares igual que tú”. Todo aquello resultó verdaderamente extraordinario, mágico. “Bien alta la mirada” y “Entre la multitud” nos `pusieron a tope e hicieron que el público nos viniéramos arriba.



Fin de fiesta
Tras el clásico canto de otra, otra, Juan Aguirre cantó “Tardes”. Le sigió un hímnico “Sin ti no soy nada” ya con toda la banda sobre el escenario de nuevo. Aplausos, cantos y bailecillos con los pies es todo lo que nos provocó escuchar “Halconera”, “Hacia lo salvaje”. Acompañaron “Peces de colores” de un hermoso discurso a favor de los derechos del colectivo LGTBIQ+.
“Cuando suba la marea” marcó el que parecía el fin del concierto. Después, un precioso y mitiquísimo “Salir corriendo” provocó las lágrimas de más de uno. Sin embargo, en seguida se retomó la compostura con “Ruido”, porque eso es Amaral. Un efusivo y cariñoso saludo despide a todo el grupo mañico de un Noches del Botánico abarrotado