Morgan es un proyecto liderado por Carolina de Juan (Nina) que muchos conocimos en pequeñas dosis en otros conciertos y que crece día a día sobre los escenarios de Madrid. Habíamos escuchado algunos de sus temas en formato acústico y estábamos familiarizados con la sensibilidad de Nina y la profundidad de sus canciones. Lo que muchos no nos esperábamos era la mágica compenetración de la banda y la intensidad del resultado. Los Morgan compatibilizan a la perfección intimidad y ritmo para dar lugar a un repertorio que emociona.
BÁRBARA TÉLLEZ (@BbEmergentes)
Jueves por la noche y la puerta de Clamores se colapsa de viejos amigos y grandes músicos. Dentro, los Morgan se preparan para una noche mágica. Un poco de Blues, un poco de Rock y la firme interpretación de Paco, Ekain y Paul arroparon la suave intimidad de Nina para llevar sus temas al siguiente nivel. La complicidad se palpó desde el minuto uno: “Aunque no os esté mirando sé que estáis ahí”, nos dijo Nina desde el piano de cola de Clamores. Nos preparaba grandes clásicos de su repertorio y algunas sorpresas que nos dejaron con más ganas de tener su álbum debut en las manos.
Intercalaron temas lentos como “Swear”, “Weather” o “Praying”, que todos acompañamos en el estribillo, con temas llenos de ritmo como “I’m getting lost”. Disfrutamos fantásticas reinterpretaciones de los temas que conocimos a voz y piano en Youtube: “Work”, con impresionantes subidas de intensidad y cortes contundentes, y “Sometimes”, que comenzó con el feeling de su ritmo lento y la voz rota de Nina, y terminó con un fortísimo final bluesero en el que Paco, Ekain y Paul se dejaron el alma.
Nos anunciaron un momento de acustiqueo cuando Nina presentó “Roar” y su ritmo gypsy nos invitó a seguirlo. Desde el público lo celebramos acompañando al grupo con palmas. Nina se puso de pie para bailar con nosotros y el subidón no tardó en llegar. “Me he venido arriba”, nos dijo al acabar, y no se podía negar.
Había terminado el concierto y los asistentes comentábamos transportados. Juntos, Morgan han conseguido unir el feeling y la intimidad con intesidad y fuerza. La voz aireada de Nina te conquista dulcemente y después te golpean con toda su energía. Su compenetración crea una instrumentación fabulosa que lleva los cambios de intensidad a cambios de ambiente y su complicidad crea un vínculo con el espectador que lo hace parte de cada tema. Con ellos, estás definitivamente “at home”.