JORGE MARAZU: “QUE SE HAGA ESTA NOCHE LA LUZ EN EL BERLÍN”

Jorge Marazu - Café Berlín
Jorge Marazu presentaba “Lumínica” haciendo la luz en el Cafe Berlín y coquistándolo con un repertorio cargado de intimidad y emoción. Salpicó el repertorio de las canciones que forman su nuevo álbum con algunos de sus temas más emblemáticos y conquistó una sala ansiosa por formar parte del sueño. Fue una noche de magia.
Bárbara Téllez (@BbEmergentes)

 

Se hacía el silencio en el Café Berlín cuando salía Jorge Marazu al escenario acompañado por Toni Brunet (guitarra) y Sebastián Merlín (percusión). Desplegaba así las armas para exponer su nuevo trabajo en un formato que arropa y sostiene las letras cuidadas y vulnerables de Jorge. Abrieron para nosotros con “El muro de Berlín” y “Río”, que presentaron “Lumínica” con una base rítmica aderezada con detalles pesados que colmaron la sala con aires de emoción.

Disfrutamos de la suave cadencia de “Hiroshima” y “Escandinavia”, sostenidas por las manos de Sebastián Merlin, que alternaba mazas y escobillas para jugar con la energía de algunas de las canciones con más calado del repertorio. Con el fantasma de emociones antiguas en la memoria repasamos “Media vuelta”, “Enredadera” y “Adiós” y nos dejamos llevar cantando versos que nos han acompañado en momentos pasados.  El susurro se extendía como una niebla. Suave, tímido y maravillado. Sin saber si debe salir o rendirse y dejarse llenar por la nítida y cálida voz  de Jorge. Se te corta un poco el aliento, o tal vez sólo espera para sincronizarse con el de todos los que están alrededor.

Se te corta un poco el aliento, o tal vez sólo espera para sincronizarse con el de todos los que están alrededor.

Con el corazón en un puño recibimos “Luces de diciembre”, repleta de ritmo y de cortes que relanzaron la canción entre sonrisas. “29” se presentó en forma de bolero, tal y como fue compuesta, y “Líneas de Nazca” nos caló con su aire melódico mientras la voz de Tony Brunet acompañaba la de Jorge para recalcar una letra que atraviesa.

En una noche de contrastes, nos dejamos mecer por la delicadeza de “Elia” para acabar dando palmas con la subida de energía de trajo “Recuerdo crónico”. Doblamos el ritmo con “Cometa” y nos dejamos llevar con el golpe de aro y las dinámicas de intensidad de “Catorce años atrás”, que nos dejó el mejor toque de Tony Brunet en forma de solo. Llegaba el momento de cerrar y Tony pisaba la distorsión para cargar de energía el tema que supone la base del leitmotiv de “Lumínica”: “Luz”. Se despedían bajando la intensidad y vaciando todo el Berlín Café, que quedó sumido en una sonrisa y un silencio.

No podía quedar la cosa ahí y la banda salía de nuevo al escenario para interpretar “Miedo”, uno de los temas más emblemáticos de Marazu que arrancó las voces de la sala en un murmullo suave. Éste es uno de esos temas que me regalo. No hago fotos, no cambio de posición ni me pido una cerveza. En este tema me siento y me dejo llenar. Intento decidir si me uno y canto o me callo y escucho a Jorge. Porque no es ninguna novedad, pero hay que decirlo: cómo canta Jorge Marazu. Nos despedimos del concierto con el corazón encogido y con la canción que cierra “Lumínica”. “Simulacro” supuso una despedida perfecta para una noche de medias luces y ojos cerrados. Formamos parte del sueño que iluminó el Berlín aquella noche y que, paradójicamente, terminó al encenderse la luz. Como en los mejores sueños, aún resuena al recordarlo.

Formamos parte del sueño que iluminó el Berlín aquella noche y que, paradójicamente, terminó al encenderse la luz. Como en los mejores sueños, aún resuena al recordarlo.